miércoles, 2 de mayo de 2012

En el día de...









La última vez que la vi estaba tendida en un lecho ajeno, en una habitación sin vistas, y en silencio. Desde mi sillón, junto a la puerta, observaba el movimiento de su vientre que oscilaba al ritmo de su respiración estertórea. Tenía los ojos cerrados y parecía dormida. Ya no le hablaba. No le decía ya nada. Solo la observaba… Observaba su vientre que, cubierto por la sábana, suavemente se elevaba y se relajaba, volvía a elevarse y, al instante, otra vez al espirar, bajaba…
    Cuando vi la luz primera estábamos las dos juntas, cuando ella vio la luz última, también; sin embargo,¡qué sola estaba esa noche en aquella cama ajena!


Quise volver a tu vientre y vivir el primer momento…
sentir el calor de tu cuerpo,
sentir mi sed por la tuya,
sentir su amor en tu piel.

Volver a mirar por tus ojos y escuchar por tus oídos…
ser parte de tu sonrisa.
 
Y logré escuchar el  sonido del Mar
cuando se acerca a la orilla. 
Aspiré aromas marinos, mezcla de arena y salitre
y vi a dos niños chiquitos que jugaban en tu patio,
un triciclo en una esquina,
a un abuelo en una silla liándose su pitillo...
 
... Y vi a mi padre contigo bajo aquel cielo Porteño
esperando a que la noche
me trajera con su abrigo.


Del poemario: Espontáneos
Dibujo: Blas Estal



2 comentarios:

  1. Me encanta cómo escribe Loli y las obras de Blas. La que está con este poema me remite a un útero, puede ser? saludos!!!!

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    1. Gracias Débora. En el día de la Madre que se celebra mañana, qué mejor que un útero y el deseo de volver a él y cobijarse.

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