miércoles, 23 de abril de 2014

Entrevista a: PAH Camp de Morvedre



 

 

La PAH Camp de Morvedre celebra esta semana su tercer aniversario, y lo hace llevando a cabo diversas actividades, una de ellas la exposición de fotografía representativa del trabajo realizado hasta la fecha.

Entre los objetivos de esta plataforma, y una vez conseguida la Dación en pago para muchas familias desahuciadas por impago de las letras de su hipoteca, se encuentra la consecución del alquiler social para estas personas de escasos recursos económicos, así como el asesoramiento y la ayuda para que puedan acceder a los servicios básicos como son el agua o la luz.

De Fragua y Yunque, consciente del dramático momento por el que estas familias afectadas están atravesando, se ha permitido acercarse hasta Óscar, uno de los responsables de la plataforma, con el fin de tener un mayor conocimiento del seguimiento, proceso y consecuencias que estos desahucios conllevan.

 

PREGUNTA.— ¿En qué momento da comienzo el procedimiento de desahucio?

RESPUESTA.— El procedimiento empieza el mismo momento en que se deja de pagar. A continuación por vía juzgado se envía la notificación para ir a recibir lo que se conoce como «tocho» que es donde se reclama la deuda, la pagada y la no pagada. Se reclama todo el importe que se pidió en su día cuando se formalizó el préstamo hipotecario. Lo siguiente es la «subasta» y después, la comunicación de desahucio.

P.— ¿La deuda pagada también?

R.— El banco reclama la totalidad de la deuda. Primero por un burofax en el que se indican las instrucciones a seguir en un primer momento. Después llegará otro que es el que inicia el procedimiento judicial. En ese momento también reclaman «toda» la deuda, pero luego se trabaja y no es así.

P.— ¿Hay posibilidad de recurso?

R.— Sí. La hay. Los juzgados suelen dar de cinco a diez días. Lo que ocurre es que en los casos de pocos recursos económicos, de familias ya muy castigadas, se solicita un abogado de oficio y eso lleva prácticamente todo el tiempo de que se dispone para paralizar el proceso.

P.— ¿De cuánto tiempo dispone la familia para abandonar la casa?

R.— Ahora nos estamos encontrando con lo que se denomina «desahucios abiertos» que son ilegales. Son desahucios donde se avisa a la persona de que van a desahuciarla, pero no se le dice cuándo. Cuando ya se comunica la fecha, desde esa fecha hasta el día del levantamiento puede haber alrededor de un mes.

P.— ¿Y luego?

R.— El retroceso a otros tiempos. Se recurre a volver a casa de la familia. A vivir con los padres o abuelos. Entre el trabajo precario y el trabajo inexistente, no queda otro remedio. Coges tus cosas y tus hijos, si los tienes, y vas allí donde tengas un espacio para ellos.

P.— ¿Te pueden multar por dormir en la calle o coger comida de los contenedores como se ha dicho por algún sitio?

R.— Sí, pero son multas administrativas que se pueden pelear en los plenos, en los ayuntamientos. No solo te quedas con una deuda y en la calle con toda tu familia, sino que además, tampoco puedes hacer frente a un alquiler. ¿Cómo vas a pagar entonces una multa de este tipo? Es un poco una persecución contra el estallido social. Es absurdo.

P.— Hablemos de los niños. ¿Y si no hay abuelos?

R.— Entonces entramos ya en el tema de lo que se llamaba «ocupación» que ahora es «recuperación». En algún sitio tienen que vivir. Aquí en el Camp de Morvedre hay «dieciséis mil» viviendas vacías que pertenecen a los bancos. Se intenta «recuperarlas»

P.— ¿Y qué hacen cuándo hay que matricular a estos menores en el colegio? ¿Cómo justifican el domicilio, que es uno de los requisitos previos a la matriculación?

R.— Claro, el empadronamiento… Esta situación es una de esas que denominamos como «situación excepcional». Como situación excepcional se dejó de empadronar. Si se pierde la vivienda, si la familia se tiene que desplazar a otra población… intentamos que no repercuta en la escolarización. Muchos desahucios se paralizan precisamente por el tema de los niños hasta que estos acaban el curso. Después el problema sigue ahí, porque hay que buscarse otra vivienda.

P.— ¿Se ha hecho el seguimiento de alguna familia en casos concretos, como este que puede afectar directamente al rendimiento escolar de los niños?

R.— Es difícil hacer el seguimiento con la gente porque se pierde el contacto. Lo que sí hacemos es ayudar, en lo posible y a través del colegio, con el tema de la alimentación. Ayudamos a dos o tres familias y por conversaciones mantenidas con su director sabemos que los niños son conscientes del problema que se vive en casa. Les llevamos comida una vez al mes. En navidad hicimos una recolecta de juguetes también. No se trata de una ayuda que esté relacionada con Cáritas ni con ninguna otra organización. Somos independientes. También llevamos ropa, calzado y comida a unos inmigrantes que no tienen donde estar, por eso, por ser inmigrantes y no tener aquí familia.

P.— ¿Y qué pasa cuando la persona desahuciada es un anciano o alguien que necesita unos cuidados especiales?

R.— Recurrimos a Servicios Sociales. En esos casos, son ellos quienes deben aportar las soluciones. Nosotros hemos creado grupos psicológicos. Ahora, por desgracia, el psicólogo que teníamos se ha trasladado y estamos pendientes de ver si encontramos un suplente. Porque en los grupos tenemos también casos de maltrato, malnutrición… Es que el quedarte sin trabajo y sin casa conlleva otros problemas.

P.— ¿Qué pasa cuando el desahuciado es una persona dependiente?

R.— Estos casos son más fáciles de defender y se les puede dejar uno, dos y hasta tres años. Si nuestra defensa no surte el efecto deseado y el juzgado decide seguir adelante con el desahucio, entonces derivamos el tema a Servicios Sociales que es quien tiene que intervenir. Nosotros podemos hacerle la vida más fácil, haciendo una puerta más ancha, colocando una rampa, pero en el tema salud, como pueda ser evitar una infección por no tener una vivienda en condiciones, no podemos ayudarlos.

P.— ¿Cómo traer un niño al mundo en estas condiciones? ¿Pueden los Servicios Sociales retirar la custodia a unos padres por no poder proporcionarle un hogar?

R.— Como poder, pueden; aunque no tenemos constancia de que aquí se haya dado alguna situación así. Sería un caso muy extremo, pero antes de que se diera, como se ha comentado antes, se recurriría a la «recuperación de vivienda»

P.— Llegamos al tema de desahucios por impago del alquiler. Muchos conocemos casos de inquilinos que no solo no pagan el alquiler porque no quieren, sino que, además, hacen negocio alquilando las habitaciones de una casa que no es suya. Cuando el dueño consigue que se vayan, se encuentra con que le han destrozado el piso, y con una gran cantidad de recibos de luz, agua y gas que ha de satisfacer él mismo. ¿Recurren estos inquilinos a vosotros?

R.— Es un tema muy a tener en cuenta, y hay que tener las cosas muy claras. Por un lado están quienes no pueden hacer frente al pago del alquiler porque no pueden, y por otro los que no lo hacen porque han hecho de los pisos de los demás y de la morosidad su modo de vida, dejando pendientes, no solo los pagos del alquiler, sino las deudas por los servicios como la luz, el agua y el gas. Si antes ponían la excusa de que había menores con ellos, ahora, desde que está el desahucio exprés, esa excusa ya no vale, porque por impago te pueden tirar a la calle con niños y todo. Pero al dueño de la casa echarlos le sale caro. Si va justo de recursos económicos porque está pagando la hipoteca de ese piso por el que no le pagan el alquiler, y se queda colgado con los gastos comentados de luz, gas y agua además de arreglar los desperfectos producidos en el inmueble, pues si encima tiene que denunciar, le va a salir caro, muy caro. Entonces, algunos tiran por la vía de las amenazas, y es un gran error, porque entonces, los que acaban denunciados son ellos.

No tocamos los temas de alquileres cuando se trata de particulares. Somos muy selectivos al respecto. En todo caso, cuando hay problemas con un alquiler particular, intentamos sacar a la familia de ese alquiler, porque muchas veces, al hacerlo, todas las denuncias se retiran. Entonces el dueño de la casa, aunque es verdad que no va a cobrar —no hubiera cobrado de todas formas—, por lo menos recupera la casa.

Desde la Plataforma se defiende a los inquilinos de alquileres de bancos. Y peleamos para que tanto las obras sociales, como los bancos y las Cajas, que tienen muchos pisos vacíos, los alquilen en modo de «alquiler social».

P.— ¿Os sentís apoyados por la gente, o sentís que ésta mira para otro lado ante vuestras actuaciones en defensa de quienes pierden sus casas?

R.— Siempre hay quien no comprende que no nos quedemos viendo el fútbol en vez de ir a defender la casa o los derechos de otros. Incluso hay quien pretende ponernos en evidencia, pero han acabado siendo ellos los puestos en evidencia y no nosotros.

P.— ¿Alguna vez hubo problemas con la policía?

R.— No hemos tenido ningún enfrentamiento serio con ellos. Siempre somos los mismos, nos conocen y saben por qué hacemos lo que hacemos. Si hemos ocupado un banco, hemos estado toda una mañana, pero nada más. Hemos podido molestar con nuestra presencia pero si somos clientes tampoco pueden echarnos. Está claro que si se rompe una papelera o hay algún incidente van a ir a por el responsable de la plataforma.

P.— ¿Cobráis algún tipo de cuota?

R.— No. Es una decisión a nivel estatal. Es verdad que las donaciones son bien recibidas, pero no se piden. Contamos con una caja de resistencia. A veces no hay más remedio que «pasar el sombrerico» y poner cada uno lo que buenamente podemos. Hay quien no tiene problemas hipotecarios y está con nosotros colaborando. Estamos mirando de realizar eventos, como conciertos, concursos de paellas, etc., porque aunque no cobramos y trabajamos de forma altruista, sí que tenemos gastos de gasolina, teléfono y la luz y el agua de los locales que nos dejan.

P.— ¿Cómo se puede colaborar con la plataforma?

R.— Realizamos asambleas y actuaciones donde comentamos acerca de las necesidades de la gente que se acerca hasta nosotros solicitando ayuda. Solemos preguntar la profesión de quienes se ofrecen a colaborar. Eso es importante porque, por ejemplo, es muy de agradecer la colaboración de gente que ha trabajado en servicios sociales y que ahora están en paro. Nos aportan sus conocimientos como asesores y nos ayudan a la hora de trazar la ruta a seguir. También se puede colaborar con aportaciones de comida y de ropa, pero la ropa solamente se admite para niños hasta doce o trece años. Como no tenemos local fijo para reunirnos, a veces ese es otro medio de colaboración y nos dejan locales donde reunirnos.

 

El tiempo se ha echado encima y De fragua y yunque debe concluir la entrevista. Las últimas palabras de Óscar permanecen como un eco en el aire, y se hacen oír de nuevo en el momento de transcribirlas para ofrecéroslas: La dación en pago es un hecho real que está contemplado por ley, y lo mejor de todo es que se está aplicando, y más de lo que parece. Eso es, en parte, un respiro para las familias desahuciadas, pero el problema sigue vivo, latiendo, puesto que, aunque se quedan sin la deuda, siguen en la calle, con su hambre y su falta de servicios básicos.


 
Ilustración: fotografía tomada de pág. facebook de la PAH Camp de Morvedre

2 comentarios:

  1. ESTOY muy orgullosa , de conocer a estas personas de la PHA Morvedre , pues si abundaran esto seria un paraíso , de bien estar ,pues gastan su tiempo en el bien común de los desahuciados , y en algunos casos después de la ayuda desaparecen , pues NO me explico que motivos tendrán para no apoyar al resto de familias , tenemos que tener en cuenta que una plataforma tiene que ser muy grande pues juntos podemos ,y por separados no tenemos nada de fuerza ,y con unas firmas que tenemos que recoger entre todos conseguiremos que en SAGUNTO NO TENGAMOS NINGUN DESAHUCIO ( QUE BIEN SERÍA MARAVILLOSO) EL CAPITALISMO ES EL PEOR ENEMIGO DE LA CLASE OBRERA .

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    1. Estoy de acuerdo en que las familias que han sido ayudadas por la PAH, deberían después contribuir con su propia ayuda a otras familias que se encuentran en la situación por las que ellas pasaron. Siempre se ha dicho que "es de buen nacido ser agradecido"
      Gracias por tu comentario, Anónimo.

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