viernes, 20 de noviembre de 2015

Diario de un poeta esquizofrénico

 
 



Al llegar la noche, la soledad
y el deseo. La demencia...

La pluma se deja acariciar
mansamente
por la voz del poeta enamorado.

Sucumbe al abrazo que la domina
y, seducida, se deja llevar
a través del ritmo
en suave danza.

Y a cada paso de baile
la pasión se acrecienta
aun con la certeza
de un éxtasis imaginario.

 
Sabe que el último poema
                             no acaba con el último verso
 
 
 
De: Episodios Cotidianos -libro IV-
Imagen: Blas Estal

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