Tras el naufragio contemplo los
restos
de una vieja libertad.Ante mis ojos se extiende un desierto
de tibias arenas
y gélidas noches de instantes solitarios.
Y, a veces,
en medio de ese desierto
surge el oasis de tu aliento
al que indefensa me aferro
para saciar la sed
que produce en mi garganta
el viento seco.
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