Una vez más me visto de noviembre, con esa luz especial de
este mes de color gris que a veces me obsequia con un sol espléndido. Y este
año lo espero, además, con ansiedad por ese regalo que me trae: esa nueva vida
que ya se acerca…
En las redes sociales Leonard Cohen nos hace un guiño con su
voz subtitulada
La luz no tardará en llegar y, mientras tanto, noviembre se
vuelve aciago en esta tarde de sábado. Yo creí que me traería solo vida… La voz
ausente de Leonard Cohen sigue llenando las redes. Los poetas lamentan, lloran
su despedida, comparten sus canciones. Yo busco su voz acompañada de imágenes y
subtítulos: «El amor mismo se fue…», leo y escucho.
Mis pensamientos divagan:
Noviembre gris, a veces con la calidez tardía de un sol
perezoso.
Yo te espero noviembre con la vida nueva entre los ocres
llegando a mi encuentro.
Te ansío, pero una ráfaga de viento helado se introduce como
una intrusa por toda mi casa, obligándome a cerrar puertas y ventanas.
Hoy es sábado, y este sábado se torna triste, con esa clase
de tristeza que nos envuelve cuando el otoño se lleva algo a destiempo.
Hace solo unas horas, dos besos sonoros en mitad de su rostro
silencioso a la espera de un adiós definitivo.
Quise acompañar esos, mis dos besos, con un gran abrazo, de
esos muy apretaditos.
No pudo ser. Su cuerpo, tendido, arropado bajo las mantas, lo
impidió.
No fue él quien rechazó mi abrazo sino la mordaza del cuerpo
ya sin fuerzas. No podía mover ni los párpados. ¿Acaso me oía? Me hubiera
gustado tanto que percibiera mi presencia y mi voz…
Al fin solo pudo ser eso: dos besos desde el cariño más
profundo, llegados con el tiempo justo antes de la partida.
Con eso me quedo, eso me guardo. Pero también conservo el
recuerdo de otros noviembres lejanos. Tan lejanos como el lugar por el que
ahora, desde hace apenas dos horas, transita.
Nos quedó un café pendiente y una charla en torno al viejo
patio con suelo de cemento y carbureros colgados en sus desniveladas paredes
encaladas.
Sí, hoy es un sábado muy triste. A través de los auriculares
escucho la voz subtitulada de otra despedida que poco me afecta.
Es un sábado de noviembre que me incita al poema, al verso
triste de una nueva elegía.
Apuntes de un mes de noviembre que quedaron traspapelados por algún lugar
Fotografía: IME
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