Ahí
está tu fragua,
-no la de Vulcano-la tuya, la mía…
y también está tu yunque,
el mío…
Junto al fuego rojo que moldea la vida
los caldereros refrescan la blanca tela del lienzo-no los caldereros de Velázquez-
los tuyos, los míos...
Presentes también los golpes del martillo
dando forma
a los contornos que trazan tus minas…
Y ahí está tu silencio,
que perdido tras profunda reflexión permanece en el interior de tu Fragua y de mi Yunque,
desde afuera…
entre el marco y la tela atrapado.
entre el arte y la materia,
entre la muerte
y la vida.
Del poemario: Al pie de la Calderona "Poemas para una ausencia"
Oleo de Blas: La fragua de Vulcano con autoretrato.
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