domingo, 6 de enero de 2019

La casa de la esquina





La casa de la esquina es la última de la calle. O la primera, según se mire. En la fachada, dos ventanas separadas por una puerta de desvencijada madera. No tiene paño donde introducir llave alguna. Se abre a los amigos con tan un solo un ligero empujoncito y un «¡¿Se puede?! ¡¿Qué hacéis, familia?!

El recién llegado se encuentra ante un patio encalado con mimo. Su suelo es de cemento de la fábrica local. Es alargado, con macetas a ambos lados, geranios y murcianas en su mayoría, de diversos colores, de tamaños similares y agradable perfume…

Es la casa de la esquina, la que permanece en mi recuerdo, la casa en la que, a veces, me introduzco a hurtadillas cuando por las noches sueño.



Fotografía: lestal