lunes, 27 de junio de 2022

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ANA HERNANDORENA GONZÁLEZ

Ed. Caligrama – 2021

 

Esta es la segunda novela publicada de Ana Hernandorena González. En ella nos muestra de alguna manera el choque entre dos modelos opuestos de vida de dos profesionales. Por un lado, el aislamiento en el laboratorio y el descanso a pie de playa, en la madrugada, cuando más y mejor se siente el vínculo con el mar. Por el otro, el mundo del fútbol de élite, el ajetreo del estadio y la popularidad.

La historia transcurre entre la discreción de la empresa familiar de la que Elena es un pilar fundamental y la ostentación de esa otra que rodea al mundo del deporte en general y al del fútbol en particular.

La calma y el sosiego del que Elena disfruta entregada a su trabajo y sus ejercicios de natación en la playa, se ven bruscamente alterados con la llegada de Jaime. De nuevo, o quizá por vez primera, el amor entra en su vida, pero lo hace enredado en una espiral donde el miedo, la felicidad, la desconfianza hacia el mundo desconocido del otro y hacia ella misma, la incertidumbre, el acoso y la envidia, ponen a prueba su capacidad para salir indemne de cuanto le sobreviene. Sus logros profesionales y el apoyo de Jaime y de la familia y amigos de ambos, son las armas de que se sirve para conseguirlo.



No suelo leer historias de amor, y esta lo es, aunque contada de forma que va más allá del sentimiento amoroso de los dos protagonistas. Nos habla de mundos opuestos que no tienen nada que ver con aquellos otros opuestos de criadas y señores. Aquí se nos habla también del mundo empresarial, de tecnología fotovoltaica y del mal llamado periodismo en los medios, dirigido a las audiencias de la prensa rosa y a la manipulación. 

Y sí… en medio de todo eso, una historia de amor con su dosis de suspense y final feliz. Una historia que engancha y que seduce desde sus primeras páginas y de la que he disfrutado en mis tardes de este anticipado verano en mi terraza, a la fresca. Otra de mis lecturas recomendadas.


miércoles, 15 de junio de 2022

BEATRICE -La herida del pintor-


 


Cuando Celso bajó al patio con los demás reclusos lucía un sol inmaculado, y el cielo estaba carente de nubes, pero para él iba a ser un día borrascoso como ningún otro en su vida, porque iba a conocer por primera vez algo que nunca hubiese deseado experimentar: aquel iba a ser el día más negro, el más triste y penoso de su vida, uno de esos días que se desean desterrar de la mente y que, sin embargo, están ahí, torturándonos constantemente y recordándonos algo que querríamos olvidar. […]

Así arranca BEATRICE -La herida del pintor-, última novela de José Manuel Pedrós y publicada, como las anteriores, por Olélibros.

El arte; la prisión tras una falsa denuncia de violación; el pensamiento mismo que se debate entre la reflexión y el odio; el miedo; de nuevo la pintura, ahora como una tabla de salvación, un aliciente para él mismo y para los compañeros de la galería a los que enseña diversas técnicas de dibujo, y a los que va retratando marcando cada rasgo de esos rostros, cada uno con su propia historia afuera, más allá de los muros de la cárcel…Y también el amor que se ha colado entre los muros del penal. Un amor silenciado que, aun disimulado como «interés profesional», no a todos pasa desapercibido. Y entre los colores, los carboncillos, los pinceles y las cartulinas, la magia y la leyenda, la superstición o quién sabe qué. Pero nada hay en esa leyenda en los posos del café que el compañero le vaticina que perturbe su felicidad sabiéndose pronto libre.

Tras los informes que posibilitan su libertad condicional, llega la ansiada libertad. En la reconciliación con su pasado, previo a la entrada en prisión y, de nuevo en el arte, encuentra ahora una mayor fuerza. La contemplación de la luna y su influjo sobre las personas; la reflexión acerca de los retratos realizados a los reclusos, aquellos rostros y el paralelismo con los realizados en su día por el Greco, aquel que saliera en busca de las facciones más desarraigadas y miserables para plasmarlas en sus lienzos… Y libre para amar y ser amado. Ya no hay por qué ocultar el amor, no hay que reprimirlo, sino vivirlo intensamente.

Su incorporación a su trabajo en los museos, el gran éxito en la que es su primera muestra en la galería de Arte, en paz con el mundo y consigo mismo. Nada hay de lo que arrepentirse. Ahora todo está bien y las perspectivas ante un futuro placentero de la mano de su musa y amante colman de felicidad a Celso.

 

***

 

Aún hoy no sabría decir si BEATRICCE es una historia de amor y desamor, una ventana abierta al mundo penitenciario por la que vislumbrar el sistema intramuros y ese círculo casi familiar que se genera entre algunos grupos de reclusos, o si es en realidad una historia en la que el arte todo lo domina: el amor, el odio y el rencor, la paz y el sosiego.

Mi conclusión tras finalizar la lectura y asistir al desenlace de la historia es que se trata de una mezcla de todas esas cosas. Una historia muy bien hilvanada y perfectamente rematada para la que han sido indispensables, desde luego, muchas horas de trabajo y de búsqueda de información.

 


martes, 7 de junio de 2022

AZUL -El diario de Sara-

 







Mi lectura de la última semana ha estado dedicada a AZUL –el diario de Sara-, de Jaime López Fernández. Lo primero que leí de él fue su poesía, Amantes Periféricos, un poemario que me gustó por lo novedoso, por lo valiente…, y es que, a veces, hay que ser valiente para escribir lo que uno quiere y como quiere.

Y valiente ha sido, igualmente, embarcarse en este proyecto «de color azul» en el que el autor se ha despojado de su piel de hombre para enfundarse la de una adolescente, y narrarlo en primera persona, algo que no suele resultar del todo fácil y que ha llevado a buen término con excelente resultado.

 

Jaime López narra de forma clara y bien ligada, desde esa piel adolescente recién llegada de su país de origen, la incertidumbre, los primeros pasos hasta el nuevo instituto, las primeras miradas de la nueva y hacia la nueva. No es sencillo comenzar una nueva etapa cuando se deja tanto atrás, y menos cuando lo que se deja en esa etapa es la infancia y pubertad, y se comienza la que quizá es la más importante en el desarrollo de una persona, «la adolescencia» que nos prepara para los adultos que seremos antes de darnos cuenta.

Todo es nuevo en los azules de Sara, y cada detalle, por nimio que sea, lo va anotando en su diario.

Bastarán tan solo unos meses, los correspondientes al primer trimestre del curso, para que esas tonalidades azules en las que vive sus días oscilen en una gran variedad de matices que la lleven desde lo más alto al más oscuro de los abismos: El valor de la amistad, la seducción, los celos, el escándalo, la bravuconería machista, el miedo, el rechazo y el aislamiento…

Todo suma y se confunde, y todo obliga a abandonar o a erigirse en la más fuerte. Es cuestión de saber elegir. Y Sara elige.

 

Esta es una historia que, si bien es ficticia, parece ser bastante habitual, aunque no transcienda más allá del entorno del instituto y de las familias vinculadas a ella. Quizá es por eso por lo que el autor ha decidido contarla, a modo de advertencia. Por su condición de profesor de instituto conoce bien el escenario, el léxico empleado por el alumnado y aquellos elementos de los que se sirven los jóvenes de hoy en sus ratos de ocio y sociabilidad. Así mismo ha cuidado los detalles narrativos, las metáforas y citas a las que la protagonista recurre en su diario para ofrecer a sus páginas un mayor conocimiento de cuanto siente y sobre lo que reflexiona: La alusión a la gacela asustada que huye de su depredador o la comparación entre una heroína sin poder y una chica sin autoestima…

 

He de decir que este «diario de Sara» me ha enganchado mucho, y como la redacción está muy de mi gusto —guiones de diálogo, letra en formato diferente para no perderse entre lo que se cuenta y en lo que se reflexiona, buena sintaxis…— me ha resultado una lectura muy cómoda a la vez que muy interesante y recomendable; tanto para adolescentes como para padres y profesores. Y como llega el verano, nada mejor que incluirla como lectura de vacaciones, a pie de playa, piscina o arboleda.

Gracias, Jaime López Fernández, por esta aportación que considero muy valiosa.