viernes, 21 de septiembre de 2012

Oigo tu voz




 
 
Oigo tu voz que me habla
en cada sorbo del café
de la mañana,
-Tirillas…  -me dice

Oigo tu sonrisa
que me incita al verso

Y oigo a tu mirada
que me dice bajito:

                    “sigo contigo…”
 
 
 
 
De: Al pie de La Calderona "Poemas para una ausencia"
Ilustración: A. Cosín

 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Ilusión





Deseé que aquel fuera un domingo especial. Me duché y la duché. Me cepillé y le cepillé el cabello. Me vestí y la vestí; primero la combinación de nylon, color crema la mía, color negro la de ella; después, nuestro mejor vestido, el mío de un verde claro hasta la rodilla, el suyo un poco más largo, gris oscuro, abotonado por delante hasta la cintura. Rocié nuestros pañuelitos recién planchados con agua de colonia, la suya, la mía, la de toda la vida, y los metí en nuestros bolsos junto al monedero.
  Así, acicaladas de domingo y cogidas de la mano, caminamos calle abajo; yo con ella, ella   conmigo…

‒¿A dónde vamos? –preguntó.
‒A misa de doce –mentí.
Los ojos se le iluminaron por un instante.
‒¡Qué bien... quizás vea allí a mi hija!
‒Sí, mamá; quizás ‒le respondí, esta vez, con la certeza de que ya jamás me reconocería.



"A ellas que ya no recuerdan"
De: Cuentos del Puerto 
Fotografía: Ismael

lunes, 17 de septiembre de 2012

La Luz - Materia de la Transparencia


 


Cuando se cumple el 4º aniversario de su despedida, De Fragua y Yunque se suma al recuerdo con esta doble aportación: Poesía e imagen, y le cede el espacio de mis letras.

 
 


Agua y piedra
Fuego y Aire
Surgidos de los densos núcleos del infinito
Succionados en el no Ser
Atizado el verbo en el espíritu del Yunque
que forjó la Mar
y moldeó la Piedra

Zakynthos y Vulcano
Juntando las grietas del Vacío
apagando y extinguiendo los silencios absolutos de la Luz
para arrancar un matiz
Recuerdos besados por las cenizas de los barros
aglutinados de la Luz
Materia de la transparencia
-Esenciar al Verbo
en la ascensión constante hacia la palabra-


Fragmento de: EL PUNTO
Imagen y texto: Blas Estal Hernández
De: La Luz - Materia de la Transparencia

 
 

domingo, 16 de septiembre de 2012

Olor de otoño viejo


 

 
 
Se aproxima el otoño, aún duermo con la ventana abierta, pero cubro mi cuerpo con la sábana y la colcha de hilo fino. Las noches aceleran su llegada,  los amaneceres se han vuelto perezosos y, cuando traspaso el umbral de mi patio, una cálida sensación de hogar acaricia mi rostro y me imbuye de paz. Es una calidez acogedora que emite escenas de viejas películas, con protagonistas en blanco y negro. Escenas con olor a viejo y humedad en el recuerdo.

A ratos se escuchan los ecos de las voces infantiles, allá en el colegio, a las afueras del pueblo. Es la hora del recreo y a alguien se le ha ocurrido la genial idea de rescatar del olvido el juego de La Tula. Yo también busco en mi propio desván costumbres viejas mientras, en mi cocina, respiro el aroma de unas lentejas guisadas a fuego lento que empapan de vaho los azulejos del frontal de la encimera. También es un olor añejo que me transmite la visión de unas manos abriendo la olla e introduciendo una cuchara de palo comprobando la evolución del guiso y que, satisfechas, vuelven a colocar la tapa que sujetan con un paño.

Son manos de otro tiempo, manos con pulso firme y ágiles movimientos que desprenden su propio olor, olor a madre, olor a tierra y a cantares viejos.

Se asoma el otoño y, aunque aún no ha llovido, siento el perfume que emana de la tierra tras la lluvia, ese perfume especial que respiro cuando el seto del parque se pavonea de su limpieza y me muestra su mejor sonrisa.

Es aroma trasnochado que me regala la presencia de otros seres hoy ausentes y me muestra la belleza de las cosas sencillas y cotidianas; esa belleza natural en que se convierte la visión de unos pies cubiertos por botas de agua en su caminar inquieto hacia la escuela.

Son imágenes en blanco y negro que solo observo si, sumida en lo cotidiano, me asomo hasta los recuerdos, y que tropiezan torpemente, cuando la realidad me reclama, con las de una madre lanzando su táper a la presidenta de turno.

Desaparecen los fotogramas, bruscamente, y el aroma viejo cede su lugar y su tiempo al hedor de este nuevo otoño, caliente, desordenado, incierto y testigo de la hipocresía y el despropósito de los necios.
 
Fotografía: Pascual M. Blasco

martes, 4 de septiembre de 2012

Necesito...



 


Necesito un cuento nuevo. Un cuento que abarque la hora primera y la postrera.

Necesito un rostro sereno que mitigue mi incertidumbre y mi recelo.

Necesito un tallo joven que regale a mi mirada una esperanza.

Necesito una mano amiga, que camine a mi lado cuando la noche me alcanza.

Necesito una brisa silenciosa que me susurre en la piel el aroma del mar.

Necesito una caricia que me haga entornar los ojos,

y necesito alzar la voz cuando me duele la vida.

Necesito la palabra...
 
 
Del poemario: Espontáneos
Ilustración: Blas Estal