lunes, 26 de agosto de 2019

El retiro








Remanso de paz… Me acomodo en un rincón de la terraza, un rincón ideal para la lectura. Selecciono de la biblioteca el Tomo III de LAS OBRAS COMPLETAS DE GARCÍA LORCA, donde habla de sus viajes. Lo abro por el capítulo dedicado al Monasterio de Silos.

En la playa el sol aún está bajo tras el horizonte. La temperatura es magnífica a estas primeras horas de una mañana de agosto que ya anuncia su despedida. El olor del jazminero de la casa vecina que se cuela como un intruso en la escena se suma al atractivo de mi rincón. La perrita duerme, o hace como que duerme, junto a su caseta bajo el porche. A veces abre un ojo perezoso y me mira. Tal vez quiere asegurarse de que sigo aquí, de que no se queda sola ni abandonada en periodo vacacional.

El jazmín me embriaga y me lleva en volandas hasta Silos, hasta su monasterio. Es la magia del momento que se suma a las letras del poeta granadino:

[…]No cesan los perros de aullar…  En las paredes altísimas y blancas de la celda, la luz amarilla de una vela pone ondas de sombras extrañas y vivientes latidos que lo llenan todo. A veces parece que el techo se quiere hundir en la opacidad lejana de la luz… Siguen los perros su tragedia. Alguien desde una ventana, quizá lleno de religiosa superstición, quiere hacerlos callar… Hay miedo intenso en mi alma. Dentro de mí se agita una afirmación sobre el aullido de los perros, que escribió el loco y fantástico conde de Lautréamont. En la habitación se quebraban melosamente dos grandes chorros turquesa de la luna. [.]

La perrita abandona su lugar bajo el porche, mira hacia ambos lados y, lentamente, viene sumisa hacia mí. Yo interrumpo la lectura y, también lentamente, como ella, me desperezo y me dispongo a tomar mi libreta amarilla y mi boli de gel azul.


fotografía LEH,  Jazmín

2 comentarios:

  1. Gràcies Lola per la teua generositat en compartir eixe do literari que tens..

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