Hoy arranqué una hoja,
otra vez,
me gustó su sonido
al desprenderse,
su voz distinta,
su color
negro sobre blanco,
me dijo algo cuando pereció
arrastrada junto a los números
impares desprovistos de nombres
—no había nombres para poder
llamarte—
Hoy la vida florece
tras la última hoja
y yo tomo asiento
junto a la piedra gris
bañada por el sol manso
de noviembre
Ya te espero,
con la palabra dispuesta…
De: Poemas de puertas adentro
Imagen: LEH