Siguiendo con mi ronda de preguntas a mi círculo de
escritores/as, hoy me acerco hasta Melisa López. Ella es Especialista en Políticas
de Género e Igualdad. Hace algún tiempo ya os comenté acerca de su libro NIÑA INVISIBLE en el que narraba de
forma novelada su propia experiencia y que, a modo de guía, es una de sus
herramientas de trabajo en los talleres y charlas que lleva a cabo por distintos
institutos, no solo de nuestra Comunidad, sino también de distintas ciudades de
nuestra geografía.
Anoche mismo, cuando contacté con ella para ver si le
apetecía contarme cómo lleva su confinamiento, no lo dudó ni un momento. Y aquí
tenemos sus respuestas:
¿Qué día comenzó tu
encierro?
Fue el 13 de marzo.
¿Planeaste u
organizaste previamente una ruta de tareas?
No tenía planificada porque, entre otras cosas, pensaba que
sería una semana o quince días, y tenía trabajo para esos días desde casa.
Conforme pasaban los días en esa primera semana las noticias que nos llegaban
no parecía que fueran de levantarse el confinamiento. Aunque tenía trabajo no
me ocupaba todo el tiempo y empezaba a necesitar salir. Fue entonces cuando
planifiqué tiempo para hacer ejercicio, leer, ver series, videollamadas…
¿Sigues esa
planificación todos los días o también improvisas?
Para nada. Lo cumplí tres días y empecé a improvisar o a
saltarme mi propio planing porque me
gustaba también estar sin hacer nada, o simplemente porque cuando era la hora
que había planificado, por ejemplo, para leer, no estaba concentrada. Estoy adaptando
las actividades a lo que me pide el cuerpo y el estado de ánimo y no al revés.
¿Sigues las noticias
sobre la pandemia? ¿Por qué vías?
Sigo las comparecencias y algún artículo de opinión de prensa
digital. Alguna noticia también por esta vía e intento no mirar los comentarios
que les siguen en las redes con opiniones de personas como yo, que no tenemos
ni idea de pandemias.
¿Cómo es uno de estos
días?
Pues la verdad es que no están siendo horribles. Son raros,
son aburridos a veces y son reclutados… Para mí lo peor es que no me dé el sol,
el aire o ir a la playa un rato, a una terraza con mi gente… Tengo la suerte de
que nadie a quien quiera está en peligro de salud ahora mismo, ni nos ha
faltado nadie. Así que en este contexto me siento privilegiada. Los días no
están siendo iguales entre ellos porque hablo con mi familia, mis amigas y
amigos, estoy con mis hijxs… y cada
persona me va aportando cosas distintas cada día, temas de conversación, cosas
que les pasan, recuerdos que traemos para animarnos… y hacen que la mente no
esté estancada en un eterno Día de la Marmota.
En cuanto a las rutinas, ahí sí son iguales unas a otras,
pero también mis días cuando no había confinamiento eran rutinas: te levantas,
te duchas, café, algo de trabajo, niñxs,
lectura, redes, música… Para mí lo importante estos días está siendo ocupar la
mente más que los tiempos. Esos me preocupan menos. Y te podría asegurar que
estoy hablando con mi gente en estos más de lo que hablo en una rutina anterior
al encierro.
¿Te vienes abajo en
algún momento?
He tenido algún momento de nostalgia, pero no de tristeza ni
de asfixia. Sí que he tenido un poquito de pena pensando en las actividades al
aire libre, en movernos por los espacios libremente… pero me puede haber durado
unas horas. Entonces lo que hago es algún ejercicio de relajación, conecto
conmigo, lloro un podo si me apetece llorar y luego estoy como nueva. No evito
esas sensaciones porque negarlas no me iría bien y saldrían después por otro
lado.
Comentas que una de las
actividades a que dedicas tu tiempo es a la lectura. ¿Y la escritura? ¿Estás
trabajando en algo nuevo?
Pues lo cierto es que no estoy escribiendo nada. En casa
somos cinco, dos adolescentes y un niño de tres años. Mi capacidad de
concentración y atención estos días está bastante alterada. Me cuesta incluso
leer más de veinte minutos seguidos. Así que me estoy centrando, cuando por
algún extraño motivo hay silencio en casa, en hacer ejercicios de escritura,
pero en los que me trabajo yo para estar serena. Nada que tenga un hilo
conductor; nada que se parezca a una historia o pueda ser mínimamente creativo.
Solo lo utilizo para cuidarme; son notas, son ejercicios…. No es escritura en
sí como la entendemos en el sentido de crear historias.
¿Algo nuevo a la vista para cuando acabe esto? Tengo muchas inquietudes
últimamente, así que eso es lo peor porque no acabas de apasionarte por algo en
concreto. Tengo algo a medias desde hace tiempo bastante adelantado. Son dos
historias que se quedaron colgadas por el camino. No he vuelto a necesitar
retomarlas y para mí eso es señal de que no es la historia que quiero contar.
Porque cuando necesitas contar algo no te arranca del ordenador ni una
pandemia. Eso, ahora mismo, no me está pasando. He intentado provocarlo
pensando que ahora, justamente, tengo tiempo. Pero para escribir, el tiempo es
un factor, pero solo uno. Cuando he necesitado escribir de forma urgente porque
me lo pedía el cuerpo, daba igual que fuera en una cafetería de forma improvisada
antes de entrar al trabajo, en el descanso o incluso desvelada, porque había
sentido que le quería dar un matiz o una frase a un fragmento concreto.
Lo que sí tengo claro
es que tengo pendiente contar experiencias que me han ido pasando y mi forma de
alivio es mediante la escritura. Lo que ando ensayando es el formato, la forma
de narrarlo, si será en primera persona o lo contará alguien que no sea yo para,
con la escritura, tomar perspectiva. Ando con ese lío, que también me viene
bien.
Siempre es un placer escuchar, entablar conversaciones con
mis amigas/os escritores. Y siempre me aportan positividad. Durante estos días
en los que decidí apartar la pluma y dedicarme únicamente a escuchar, me siento
verdaderamente relajada, satisfecha de contar con todos estos amigos y amigas entre
mi círculo de amistades. A través de sus respuestas, de sus experiencias en
estos días extraños, compruebo la diferencia generacional que hay entre algunos
de ellos —o algunxs de ellxs, como suele escribir Melisa cuando
se trata del género—, y también la lucidez de todos y cada uno de ellos.
Muchas gracias a todxs.
Buenos días