viernes, 31 de mayo de 2019

FPA Enric Valor de Xirivella






De nuevo en un aula de EPA. Esta vez en el Centro Enric Valor de Xirivella. La ocasión ha venido propiciada por las actividades correspondientes a la jornada de puertas abiertas del Centro. A uno de los profesores se le ocurrió que podía ser bonito llevarme como invitada y que contara mi paso por una de estas escuelas de Formación Permanente de Adultos. Col-oqui amb Lola Estal “De  l’FPA a Escriptora”, figuraba en su cartel de actividades.

Me sentí muy halagada con la invitación. Me gusta asistir a estos centros en los que, de alguna manera, me encuentro como en casa. Previamente al acto tuve ocasión de charlar con varios de los profesores y pude comprobar, una vez más, la importancia y singularidad que presentan estas Escuelas de Adultos, tanto en cuanto a sus docentes se refiere como al alumnado que los integran.

Me satisfizo encontrarme por el pasillo con un señor de avanzada edad que compaginaba sus ejercicios matutinos de caminatas con los de escritura de la sobremesa. Me enseñó su caligrafía perfecta y sus ganas de seguir aprendiendo y recordando lo ya aprendido.

Mi intervención estuvo dirigida a los alumnos de ESO de un instituto de la zona. Situarme en la tarima, de espaldas al encerado y con los alumnos frente a mí, me hizo sentir un tanto extraña. En algunos momentos recordé a mi padre, mi abandono escolar, tan temprano como involuntario. Compartí esta sensación con cuantos me escuchaban atentamente. No obstante, algo había en el ambiente que daba la sensación de frío ante lo que intentaba transmitir. Entre los alumnos había uno que me miraba con ojos de sueño. Estaba en la primera fila. Sin duda había venido al acto porque era una actividad de obligado cumplimiento, aunque preferible a una clase lectiva. Yo lo entendía perfectamente. Hacía una mañana magnífica para salir a la calle en lugar de pasarla escuchando el relato de mi evolución literaria.

Casi llegué a sentirme incómoda contemplando el aburrimiento de este chico. Entonces comprendí que la audiencia a la que me estaba dirigiendo no era aquella para la que yo había ido dispuesta a contar mi experiencia al pasar por la Escuela de Adultos. Yo esperaba ser recibida por personas tan mayores como lo era yo en el curso 92/93. Quizá más. Deseaba contagiarlas de mi entusiasmo de aquellos días, y de los posteriores cuando me matriculé del grado en la UNED. Pero lo que tenía ante mí era un grupo de jóvenes que nada tenían que ver con mi época, ni siquiera con la de mis hijos. Ninguna de las chicas que me observaban en silencio, pero quizá con el pensamiento en otro sitio, podrían comprender el porqué de mi abandono tan temprano de la escuela. Y fue entonces cuando decidí dar otro rumbo a mi discurso:

«De los tres hermanos yo era la chica, había aprendido el cálculo suficiente para que no me engañaran al hacer la compra, y sabía leer y escribir lo bastante para redactar la lista de aquello que tenía que comprar. Había llegado el momento de que aprendiera las tareas del hogar para poder ayudar a mi madre, de la misma manera que ella las aprendió de la suya para poder ayudarla. Por suerte, los hombres de la casa siempre andaban con libros. Aquellos libros que dejaban por la mesilla de noche, o por cualquier sillón, me atraían de tal manera que acabé amando las letras y con una necesidad imperiosa de leer, leer mucho y de cualquier tema. Aquellos libros de los hombres de la casa también me hicieron crecer…»



Fotografía: Con Daniel García Fernández, director del Centro de Formación Permanente de Adultos Enric Valor de Xirivella.


(Mostrando con satisfacción el regalo, de manos del director, como recuerdo de mi paso por este Centro)




lunes, 20 de mayo de 2019

EPISODIOS COTIDIANOS EN HORNO ALTO




Momento de la presentación. Con Elena Muñoz y Marián García



EPISODIOS COTIDIANOS ha comenzado su recorrido más allá del monitor. El pasado jueves 16 de mayo, los Episodios fueron presentados de forma oficial. El escenario donde se dio cita con los lectores no pudo ser más apropiado: El Horno Alto Núm.2. Allí se fraguó el inicio de un núcleo de población cuya vida giró en torno a su fuego, a su estruendo al chocar la escoria en las aguas del puerto, al rojo de su mineral, a su entorno de naves, talleres, oficinas y… también en torno a una lucha continua contra los accidentes laborales y en favor de mejoras salariales y de seguridad.

Fue en este entorno siderúrgico de olor a hierro y sonidos de sirena donde vi la luz. Fue también en ese mismo lugar donde conocí la incertidumbre en el momento de la reconversión, cuando los otros dos hornos, compañeros del Núm.2 sucumbieron en la reconversión industrial que dio comienzo en 1983/84.

Tras todos estos años en los que los terrenos e inmuebles de la antigua fábrica han permanecido silenciados e inhóspitos, yo, al igual que el resto de vecinos de Puerto de Sagunto, he encauzado mi vida alejada de aquel suelo rojizo y su olor a mineral. Hay olores que nunca cambian, y aquel siempre estuvo mezclado con el de los azahares de los campos que rodeaban el perímetro del pueblo. Ha sido con ese aroma a azahar con el que he transitado los años, con el que han crecido mis hijos y sucumbido mis padres. Siempre me acompaña, de la misma manera que siempre me acompaña el origen del que me siento muy orgullosa.

Fue desde la distancia desde donde evoqué aquellos días a la vez que vislumbraba un cielo diferente, más azul, más limpio, sin más sonidos que el de los pajarillos que anidan en el parque. Aquí en este remanso de paz en un rincón de La Baronía sentí la nostalgia, el desarraigo y la resignación y también, cómo no, la serenidad que otorgan los años cuando en tu entorno más cercano se instala la estabilidad.

Quiero agradecer a José Manuel Tarazona, actual concejal de cultura del Ayto. de Sagunto, su sugerencia de presentar el libro en tan emblemático lugar. Él fue quien me dio el contacto de FCV Patrimoni Industrial i Memòria Obrera Port de Sagunt. Una breve nota sobre el poemario en un email a la Fundación y una rápida y satisfactoria respuesta por parte de dos de sus gestores, Luis y Sonia, me pusieron en marcha: Conversaciones con Elena Muñoz, directora de Ediciones Ondina, encargada de la publicación; y con Marián García, trabajadora incansable, escritora y presidente de la Asoc. Cultura Vintci Omnia, de Ágora Puerto Cultural y artífice del taller de escritura de la Escuela de Adultos Miguel Hernández y del taller infantil de Librería de Arco.

Mi gratitud también a todos los amigos que decidieron acompañarme en el acto, a pesar de lo ajetreado de una semana electoral repleta de actividades en las que la mayoría de ellos estaban involucrados de una u otra forma.



«He trascendido más allá
de mí.
El otoño vibra, corre
tras las hojas caídas

Y la luz se vuelve oscuridad
Sobre los perfiles
de las lomas.

Ya aguarda la noche»



EPISODIOS COTIDIANOS —del desarraigo. Libro primero— pág.28
Ediciones Ondina –MADRID 2019
Portada: Blas Estal Hernández



El libro está disponible en Librería Arco,
 de la calle Cid de Puerto de Sagunto 
y vía online a través de la editorial Ed.Ondina


lunes, 13 de mayo de 2019

Presentación EPISODIOS COTIDIANOS






Desde la Fragua y el Yunque he venido compartiendo con vosotros muchos de los poemas que conforman el poemario EPISODIOS COTIDIANOS. Desde el principio los versos de Espontáneos, así como muchos de las Elegías y no pocos surgidos del Desarraigo o de Puertas Adentro, han contado con vuestras visualizaciones y, a veces, con algún comentario. Ahora, por fin, ha llegado el momento de que que todos esos poemas vean la luz.

La casualidad, o quién sabe si el destino, ha propiciado que la puesta de largo de Episodios Cotidianos se lleve a cabo en un escenario inmejorable para la ocasión: la sala de conferencias y exposiciones del Horno Alto núm.2.


Será el jueves 16 de Mayo a las 18:30 h., y me acompañarán en la mesa, Elena Muñoz, directora de Ed.Ondina; Marián García, escritora y máxima responsable de las asociaciones culturales “Cultura Vintci Omnia”, “Marián Creación Literaria” y Ágora Puerto Cultural” y Sonia Garcés, Tècnica de Patrimoni  de FCV Patrimoni Industrial i Memòria Obrera Port de Sagunt.

domingo, 12 de mayo de 2019

El trayecto






De nuevo en el autobús. Y qué distinto se me antoja este trayecto de aquel otro… En este nadie habla, nadie se conoce, nadie tose con su tos desde dentro y nadie me incita al texto. Ahora cada uno va a lo suyo. Y lo suyo es el sueño, el teléfono móvil y, sorprendentemente, un libro.

Todas las filas de asientos están ocupadas por un solo usuario. Ocupan ambas plazas, una para sentarse y la otra para depositar su bolsa y chaqueta. No importa si el autobús va lleno, no prestan atención al recién incorporado al pasaje. Tampoco se preocupan si este último viajero tiene algún asiento libre más atrás.

Yo, como siempre, busco acomodo en un hueco al principio de las filas. En el lado que me permite ver el mar. ¡Se ve tan bonito desde la autovía! Más tarde me reñirá por haber escogido este lugar. «De mitad para atrás y del lado opuesto al del conductor» me aconseja siempre él, tan veterano en esto de viajar en autobús, tan recordando muchas veces el trágico accidente.

Ya no me fijo en los rostros de mis compañeros de trayecto. No me pregunto cómo serán sus vidas. No me interesa. Son personas anónimas que nada me aportan. Eso era antes, en los otros viajes donde las caras del pasaje eran ya familiares, donde sus historias, contadas en voz alta al conductor habitual, inspiraban mis apuntes.

Ahora es otra mi ruta y yo también me aíslo. En el interior de mi concha prescindo de mi escritura en el bloc de notas del móvil. Ya me dispongo a disfrutar del silencio mientras contemplo, desde mi asiento en el lugar desaconsejado por él, el paisaje marino que tanto echo de menos desde mi terraza rodeada de colinas y de campos desamparados y yermos.



Fotografía: El mar desde la autovía

miércoles, 1 de mayo de 2019

Las otras escritoras





Somos las poco leídas, las no consagradas, las que no se ven en las vitrinas de las librerías. Somos las escritoras de batín y zapatillas, las poetas sin ritmo ni medida. Somos las otras que escriben y somos la pasión con un bolígrafo en la mano.

Nos leemos entre nosotras, nos comentamos y compartimos. No aparecemos en los medios y las redes sociales son nuestro nexo de unión. A veces coincidimos en las ferias y comprobamos que, además de un perfil de Facebook, somos personas de carne y hueso. Nos abrazamos y fotografiamos juntas para dar testimonio de nuestro encuentro.Y llegamos a casa con el bolso lleno de libros y el gesto feliz y satisfecho.

A la mañana siguiente nos ponemos ante el ordenador con la intención de seguir escribiendo, de seguir levantando la voz ante aquello que nos mortifica o nos subleva, con el deseo de que esa voz llegue hasta donde sea posible ser leída, aunque apenas se nos conozca en las librerías, en las tertulias o en los medios convencionales.

Somos las otras escritoras, independientes y tenaces, incapaces de guardar silencio cuando tenemos un bolígrafo o teclado a nuestro alcance.


En la Feria del libro de Valencia -2019. Con la escritora y poeta Silvia Cuevas Morales.