«Quiso la fatalidad que hace ya
poco más de un año me pusiera en contacto con una amiga y colega de mi querido
hermano, ausente hoy en mis días, aunque no en mi recuerdo.»
Han pasado casi catorce años
desde que comenzara, con las palabras que preceden, la introducción a esta
historia.
Durante todo este tiempo la vida
ha seguido su curso. El duelo se fue superando poco a poco y otros vinieron a
hacerse hueco, aunque nunca de forma tan intensa. La amistad con Débora sigue intacta,
pero ahora hemos sustituido los e-mails por videollamadas. Otras imágenes y
colores —así como otras historias narradas— nos han mantenido ocupadas; y
mientras nos dedicábamos a nuestras respectivas tareas, la primera edición de Los gatos de Santa Felicitas se fue
agotando.
La falta de ejemplares y el deseo
de muchos lectores de conseguir uno de ellos, aconsejaba esta nueva edición que
ahora ve la luz a través de Ediciones Ondina.
Punto de venta: ondinaediciones.com