Hace unos días compré un libro de poemas. Al comprarlo no
solo quería leerlo. También quería colaborar con el proyecto solidario que
llevó a su publicación. No entiendo las políticas, ni las guerras, ni a los
hombres que se lucran con ambas. Pero de miradas sí entiendo algo, y muchas de
las que contemplo me duelen profundamente.
En una ocasión se me calificó de «buenista demagoga». Quienes
me aplicaron este calificativo lo hicieron porque donde yo veía miradas que me
dolían, ellos veían invasores. Yo sentía compasión ante aquellos ojos; quienes
me llamaban buenista, miedo. De esto ha
pasado más de un año y cada uno seguimos con nuestra mochila de sentimientos:
unos, a día de hoy, con su tragedia; otros, con su particular miedo a que en
unos años aquellos sean más numerosos y releguen su credo al abismo; y yo, con
la misma impotencia.
Por aquellos días me erguí, di la espalda a quienes en los
foros se reían de mi compasión. Los dejé allí, comentando entre risas escritas
acerca de las voces que se alzaban en apoyo de quienes buscaban refugio al otro
lado del mar. Escribí mi pena, como tantas otras veces, la compartí con otros observadores
de miradas dramáticas, con aquellos que tampoco entienden las políticas, las
guerras y a quienes se lucran con ambas.
A veces compro bolígrafos, envío mensajes por teléfono con
fines recaudatorios para esta u otras causas, o compro algún dibujo…
…Hace unos días compré un librito de poemas. Lo han titulado REFUGIAMOS, y en él han colaborado las
editoriales Lastura Ediciones y Editorial Juglar. La coordinadora del
proyecto ha sido Graciela Zárate Carrió,
la cubierta es obra de Goccedicolore y
las ilustraciones interiores de Tulia
Guisado y Josep Grifoll. Los textos
han corrido a cargo de un gran número de poetas, aunque al finalizar la lectura
de esta obra he comprobado que no solo hay poesía, sino también artículos y
relatos breves. Cada uno de ellos ha contemplado, como yo, el dolor de estas
miradas. Y cada uno de ellos se ha dolido con ellas. Son hombres y mujeres que
han realizado sus aportaciones a REFUGIAMOS
mientras el sabor de la tragedia les lamía las entrañas.
¿Buenistas demagogos? Solo he leído a personas que han puesto
su pluma o teclado al servicio de una causa que está clamando al cielo desde
hace ya mucho tiempo. ¿Acaso no es eso lo que hacen los poetas? ¿Denunciar las
injusticias?
REFUGIAMOS no hará caja, hará esperanza.
Esperanza que navega para extender los brazos en un Mediterráneo, en la
oscuridad de la noche o en las primeras luces al alba. Los encargados
de alargar los brazos son los
voluntarios de PROACTIVA OPEN ARMS,
organización sin ánimo de lucro que mediante tareas de salvamento y socorrismo
está ayudando a los refugiados que llegan a las costas griegas. A ellos está
asignada la recaudación íntegra obtenida por la venta de este libro. Estoy segura de que sabrán darle un buen empleo.
Entre estas páginas he reconocido al instante la pluma y las
formas de poetas conocidas, pero a la hora de entresacar y transcribir algunos
de los versos, en esta ocasión me he decantado por acercaros un fragmento del
prólogo que firma Miguel Ángel Blanco. Prólogo al que acabo de dedicar una segunda
y reposada lectura.
[…] Sobre las tragedias
de los refugiados de todo el mundo siempre surge la poesía, la literatura, el
poder de palabra que se rebela y reconstruye imágenes, historias, ideas,
sensaciones. La ficción desmenuza las tragedias de la realidad y las pone ante
nuestras miradas de tal forma que nadie pueda mirar a otro lado. Y desde esa
ficción, que no engaña, resurge la verdad de lo posible. Para que ninguna
conciencia pueda esconderse. De ahí, el sentido de Refugiamos, con autores de muchos lugares. En cada creatividad, en
cada relato, en cada poesía, en cada escenario, surge una mano tendida para
construir un gran puente de acogida. […]