martes, 15 de octubre de 2019

Qué lejos quedas, Mar






Mientras dormía me ha crecido una música de fondo

Era la voz de mi madre que me apremiaba para que no llegara tarde a mi vida.

«No llegues tarde a tu vida» llegué a escribir yo a mi propia hija en un verso sin ritmo y sin medida.

Desde el otro lado de la ventana se aproxima el alba y el aire arrastra el olor a lluvia por el otro lado de las lomas

Ya casi se adivinan los perfiles de los tejados de las casas de enfrente

El sol no acude hoy  a la cita de cada amanecer y no podré ver cómo mi sombra se interpone entre lo que soy y aquello que, insistentemente, deseas mostrarme desde tu orilla.

               Qué lejos me quedas, Mar.



Fotografía LEH

lunes, 7 de octubre de 2019

En otras horas




En un suelo que es de tierra
tiene hincada la rodilla
jugando con un palito
y la colita cortada
de una cría de lagartija

La mujer del panadero
sueña con la pasarela.
Cuando cree tocar el cielo
cambia tierra por asfalto
y alpargatas por zapatos.

El hombre viejo la mira
desde el banco en que se encuentra
al borde del cementerio.
Están repicando a muerto.
por el dueño de la tienda

Todo el pueblo irá al entierro, 
hasta el perro del vecino
que ahora espera al otro lado
donde montañas de escombros
ocultan un sol incierto

Las azules jacarandas
que tapizan el arcén,
el niño y la lagartija,
el viejo y el panadero,
y su mujer con sus sueños,

la antigua tienda del barrio,
la oficina del notario,
la iglesia y el parvulario,
la libreta del fiado…
               ya son cosas del pasado.


Fotografía: LEH -Tramacastilla