… Quiero devolverte el
alma,
dibujarte una sonrisa y
desnudar tus pinceles.
¿Dónde está ahora tu
latido…?
aquel latido ajeno,
intenso,
que te preñara de luz.
Ya no me regalas tu
mirada, y tu voz
se escapa ronca a través
de tu inconsciencia.
Sólo hablas a las sombras
que te seducen…
que te llaman desde sus
abismos
y disfrazadas de musas te
engañan y te dan a probar su
miel.
Mis ojos de negro duelo
te ven caminar tras ellas
lentamente,
sin volver la vista atrás…
Ilustración: Blas Estal
Fragmento de: Al pie de la Calderona (Octubre 08) Con el dolor hecho carne.
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