En esta noche de fantasía los tres reyes magos se han quedado
rezagados en una esquina del tiempo. La madurez de la magia se disfraza de
otros sueños y otros niños. Las Hadas, en el bosque que aún no ha sucumbido a
las llamas, trabajan duramente ajenas a los estragos del último incendio. En
las oquedades de los árboles más viejos almacenan los deseos de quienes, niños,
adolescentes, jóvenes adultos y viejos aniñados, solicitan sus mercedes.
Allí están depositadas las esperanzas, en las entrañas de los
troncos más viejos, en esos cuya sabiduría nos alcanza por igual a hombres y
mujeres, a credos rojos y azules, a niños de cualquier aldea de cualquier
rincón del mundo.
En estas horas mágicas las hadas del sendero tienen mucho
camino por recorrer, y yo me acuesto temprano. Sobre la mesa del escritorio
dejo mis bombones junto a una extensa solicitud de deseos, al lado de mis
sueños y de mis versos, bajo la mirada de aquellos que un día me amaron y que
hoy, inmersa en la magia del momento, recupero mientras espero.
De: A modo de diario
Fotografía: P. Murria -Sierra Calderona-
Mágico...hechizo... tradiciones...amor.
ResponderEliminarPrecioso!