En la iglesia tocan a muerto. Dicen las vecinas que «por la
Carmen». Yo no la vi, yo no la oí… Yo cerré mi puerta y no escuché.
En la calle andan diciendo que «fue el Tomás». Yo no lo vi,
yo no lo oí… Yo Tapé mis oídos y no me puse a mirar.
En su puerta hay unas flores. «Anoche las puso el viento”,
comentan hoy al pasar. No me crucé con el viento y por eso nada sé.
Dos niños lloran la ausencia. «Van a llevárselos lejos», se
cuenta por el mercado. Yo no los oigo llorar, tampoco los oigo reír.
Yo solo oigo a «la Carmen» hablar y cantar por la casa. Yo
solo veo «al Tomás» acariciarle la espalda.
Veo unos ojos maquillados tras unas gafas de sol, y a unos
niños que jalean cuando su padre no está.
A un hombre con unas flores y una amenaza en el aire.
Veo que todo anda bien y no me quiero meter. Cierro mi
puerta y me escondo. Allá cada uno con él.
De: Los cuadernos de Uba 1116)
Fotografía LEH
Precioso.
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