No era mi intención acercarme hasta el Consistorio para ser
testigo de la toma de posesión de la vara de mando del municipio. El pescado ya
estaba vendido antes de comenzar la subasta. «El grupo que se define como socialista
había puesto ojitos al formado por la agrupación de vecinos de una de las
urbanizaciones de la localidad. Estos han aprovechado el pestañeo con la
esperanza de conseguir, durante los próximos cuatro años, que les arreglen los
caminos a sus chalés y les pongan alumbrado». No obstante, en esta ocasión no
quería que nadie me lo contara. Deseaba enterarme de primera mano del modo en
que este tipo de actos se desarrolla.
La secretaria da inicio a la sesión advirtiendo del proceso
de la misma, que comienza con la formación de la mesa y con el representante
del Partido Popular como Presidente de la misma. Los concejales «prometen» el cargo, a excepción de dos que «juran». La secretaria mediante sus indicaciones sigue dando curso al acto que, en el momento de las
votaciones da como resultado el esperado, ya que era una votación anunciada. El
SOE con el voto de apoyo del grupo vecinal se hace de nuevo con la alcaldía. El
presidente de la mesa entrega la vara de mando a la alcaldesa a la vez que la
felicita –que lo cortés no quita lo valiente y él tiene ya muchas tablas-
El portavoz del grupo Cs toma la palabra, felicita a la
alcaldesa y expone su proyecto de cara al próximo curso. El resto de concejales
se va sumando de uno en uno a la felicitación a «la primera dama». Lo escribo
así «primera dama» porque es lo que me sugiere su gesto cuando es el edil del
grupo de Compromís el que toma ahora la palabra, pero no solo para felicitarla,
sino también para indicar en qué ha consistido su trabajo durante la
legislatura anterior y por la que ha sido tan ferozmente censurado por parte de
sus otrora socias de gobierno, tanto en el municipio como a través de los
medios locales.
Yo la he visto apenas un momento porque desde mi ubicación no
alcanzo a visualizarla, pero alguien me muestra las imágenes un poco más tarde.
No me sorprende. Las palabras de su anterior socio no le gustan. Él no fue a la
prensa a criticar ni defender postura alguna. Fue llamado en momentos
inoportunos cuando realizaba su trabajo. Más tarde escribió una nota que el
medio local no tuvo a bien publicar.
Pero no es solo a la recién nominada a quien parecen
molestarle –o divertirle, según se desprende de su gesto- las palabras del
concejal. Detrás de mí hay dos señores sentados que, indignados por las
palabras de este cuando se defiende de las acusaciones vertidas sobre él en la
prensa local, se levantan y se van con muy malos modos. Yo hubiera querido
irme nada más tomar la palabra la alcaldesa para decir lo bien que lo ha hecho,
lo bien que lo va a hacer, lo buena persona que es, lo mucho que la quieren y
lo mucho que vale. Pero yo sí quiero escuchar, aunque no me guste y no esté de
acuerdo en cómo ha llevado algunos temas. Mi formación política es muy escasa
pero mi educación me insinúa que levantarme en mitad de su discurso sería una
falta de respeto democrático, pero también de educación. No me fui el día del
mitin y tampoco pienso irme hoy.
Su discurso es casi un calco del que le escuché en aquel
mitin previo a las elecciones. Un discurso que es incapaz de dar sin leerlo. Un
discurso que lleva escrito y que lee de carretilla, muy deprisa, como si lo
leyera para sí misma, sin que el mensaje se proyecte hacia todos los de la
sala. Ni siquiera levanta la mirada del papel. Tal vez por miedo a olvidarse la
mención de algún mérito.
Ni me gustó aquel ni me ha gustado este. No es nada personal,
no he cruzado con ella más de cuatro palabras y no la conozco. Yo también he
escuchado voces críticas hacia ella, pero no doy crédito a lo que se me cuenta
en el mercado o en los bares de la plaza. Tampoco me han parecido oportunas sus
declaraciones en la prensa cuando afirma que durante su mandato estuvo a punto
de echar del Ayuntamiento a sus socios de gobierno, pero que le dio pena -o algo así vino a
decir-.
¿Fue un lapsus? ¿No hubiera perdido la alcaldía si pierde a los socios
que se la facilitaron? No lo sé…, no estoy puesta en la materia.
Cuando el acto queda clausurado por la secretaria y se levanta
la sesión, todo el mundo aplaude. Yo también lo hago; por la alcaldesa, por su
equipo que es a todas luces un buen equipo, por el resto de concejales, tanto
por los veteranos como por los de nueva incorporación. Deseo que unos y otros
hagan un buen trabajo, pensando en el pueblo y no en la demostración de fuerzas
de unos contra otros. Aunque no saludo a ninguno, les deseo suerte. No debe de
ser nada fácil gobernar un pueblo que parece dividido en clanes. No me gustaría
estar en la piel de ninguno de ellos. Aunque sí le diría a la primera edil que
tenga en cuenta que está al servicio de todos los vecinos, de los que la votan
y de los que no; de quienes le hacen la reverencia a su paso y de quienes
censuran sus maneras en las mesas de los bares; y, también, de los que estamos en
este pueblo solo de paso.
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