Necesito
un cuento nuevo. Un cuento que abarque la hora primera y la postrera.
Necesito
un rostro sereno que mitigue mi incertidumbre y mi recelo.
Necesito
un tallo joven que regale a mi mirada una esperanza.
Necesito
una mano amiga, que camine a mi lado cuando la noche me alcanza.
Necesito
una brisa silenciosa que me susurre en la piel el aroma del mar.
Necesito
una caricia que me haga entornar los ojos,
y
necesito alzar la voz cuando me duele la vida.
Necesito
la palabra...
Del poemario: Espontáneos
Ilustración: Blas Estal
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