En tu desnudez hallo el abrigo al frío que estremece mi cuerpo en las
adentradas madrugadas del otoño…
Contemplo la ausencia de tus ramas evadidas tras las últimas tardes y
me tiendo en el suelo, de costado, para observar los diminutos cristales de las
primeras escarchas…
Y así, acurrucada sobre tu lecho de tierra y hierba, espero a que la
luz que custodia tus formas me envuelva cual crisálida que en breve habrá de
mudar su alma…
Del poemario: Instantáneos
Fotografía: Débora Tráchter
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